Adicción
a las nuevas tecnologías
¿Qué
son?
Son conductas adictivas (sin sustancia), por lo que
se entran dentro del grupo de lo que se denominan adicciones psicológicas o no
químicas.
Pueden ser activas (videojuegos, internet) o pasivas
(televisión).
Descripción
Pone de relieve que
existen, potencialmente, sujetos cuya conducta con Internet, u otros medios
tecnológicos, es cuando menos preocupante por el uso excesivo que pueden hacer
de ellos. Este tipo de conductas repetitivas tiene en común que resultan
placenteras en la primera fase, pero después no pueden ser controladas por el
sujeto. Al igual que ocurre con otras adicciones, el sujeto acabará efectuando
dicha conducta ya no tanto por la búsqueda de gratificación, sino por reducir
el nivel de ansiedad que les produce el hecho de no realizarla. Estaríamos,
pues, hablando de una adicción en toda regla, la diferencia es que no
estaríamos delante una adicción química (opiáceos, nicotina, alcohol, etc...)
sino ante una adicción de carácter psicológico. Ambas, desgraciadamente, suelen
manifestarse conjuntamente en muchos de los afectados.
En el caso de los
adictos a las tecnologías, una actividad concreta se convierte en lo más
importante de su vida, apoderándose de sus sentimientos, conducta y
pensamientos. Y, como todo adicto, también llega a experimentar síndrome de
abstinencia.
El problema reside en
que los cambios físicos y psicológicos que se viven en la adolescencia
convierten al joven en una persona más vulnerable a nivel emocional. Por esta
razón, el adolescente puede buscar en ciertos momentos la seguridad que le
falta dentro de sí mismo en las tecnologías.
Y es que, según varios
estudios, el uso que hace el adolescente de Internet es relevante. Las horas de
conexión son distintas según la edad, con la tendencia de las chicas a
conectarse más que los chicos (Fundación Catalana per a la Recerca, 2004).
Respecto al lugar donde llevan a cabo la conexión, la mayoría se conecta desde
sus respectivos hogares (78’4%), de los cuales la mitad tienen su propio
ordenador y línea telefónica personal con datos; el resto se conectan desde la
escuela (26%), biblioteca (8%) o cibercafé (5 %). A través del chat, el 32% de
los menores facilitan su teléfono, el 17% ha quedado físicamente con alguien y
se han conocido personalmente a través de una cita y el 34% se han sentido incómodos
en la red en alguna ocasión.
Síntomas
Colgados del teléfono
móvil o internet,
Enganchados a los chats
o al Messenger,
Pegados a la video
consola… son algunas de las características que distinguen a los niños y
adolescentes de nuestro tiempo y que, a simple vista, podrían pasar por meras
herramientas que les distraen y entretienen. Sin embargo, cuando esas aficiones
se convierten en adicción, es cuando comienzan a surgir los problemas.
Los jóvenes que se
encuentran en situación de riesgo son aquellos que han crecido en un ambiente
familiar poco propicio para su desarrollo o falto de un adecuado nivel
comunicativo, suelen poseer una baja autoestima y tienden a huir de un mundo
adulto que les resulta hostil, refugiándose en las nuevas tecnologías. A ello
se une, en el caso de los adolescentes, el hecho de encontrarse en un periodo
de cambios tanto físicos como emocionales.
La no aceptación de la
propia imagen corporal, la baja autoestima, la inseguridad y otros factores,
pueden hacer de las nuevas tecnologías un refugio ideal para que los
adolescentes proyecten ante los otros una imagen "más ideal" o
incluso "irreal" de sí mismo para hacerla más atractiva según los
vigentes cánones sociales.
Un niño tímido por naturaleza
puede encontrar en la "privacidad" del ciberespacio un medio para
liberarse de las ansiedades que le producen las relaciones sociales diarias en
contacto directo. En principio esta actividad, dentro de unos límites, no
debería suponer nada pernicioso. La barrera de lo patológico se cruza cuando
dicha conducta implica tanto al sujeto que conduce a dependencia. La persona
reduce progresivamente su campo de intereses y sus obligaciones, de manera que
la conducta adictiva termina por acaparar su vida y no existen otras
actividades gratificantes fuera de la conducta motivo de adicción.
Control
Existen
una serie de estrategias de prevención que padres y madres pueden aplicar para
intentar minimizar estos factores de riesgo. Algunas de ellas son:
·
Restringir el uso de aparatos y pactar
las horas de uso del ordenador, teléfono, consolas o internet.
·
Motivar la relación con otras personas:
amigos, familia, grupos de ocio,...
·
Favorecer aficiones y actividades
culturales: música, cine, lectura, museos,…
·
Estimular las actividades deportivas y en
equipo.
·
Fomentar actividades grupales (por
ejemplo, el voluntariado).
·
Activar la comunicación y el diálogo en
la propia familia.
BIBLIOGRAFIA:
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